Para el año 2008 en colaboración con la biblioteca nacional,
la alcaldía mayor de Bogotá da a conocer la última edición del libro “El arcano
de la Quina” escrito por el botánico José Celestino Mutis entre los años
1793-1794.
“Durante mucho tiempo la Quina fue considerada como una
planta con propiedades maravillosas y milagrosas para curar enfermedades tropicales,
razón por la cual fue estudiada ampliamente por diversos científicos d la
época, entre los cuales estuvo naturalmente, el medico Mutis” (Moreno, 2008,
Pg. 7)
A continuación haremos referencia a todas aquellas notas en
donde se evidencias todos aquellos descubrimientos y el impacto que tuvieron en
la época.
Papel periódico de Santa Fe de Bogotá. Núm 112.
Viernes 18 de octubre de 1793.
Fragmentos útiles a la historia a la nueva práctica de la
quina. Cuando José Celestino Mutis retorna a la capital de Santa Fe, tras un
realizar parte de su recorrido de la expedición botánica, no quiso ocultar al
público por más tiempo las utilidades en beneficio de la salud y del comercio
familiarizadas con el conocimiento de las cuatro especies de la quina y el uso
de la misma. Al realizar esta publicación causó revuelo entre el público. Tanto
así que se puede asegurar que en transcurso de ese año (1793) se consumió en la
capital más quina con distinción y conocimiento de sus cuatro especies por
gusto dieta y remedio. (Mutis, 2008, Pg. 157-158).
Siempre existieron conflictos entre la población para
determinar los grados de beneficios en oposición a los perjuicios causados
sobre los cuerpos de los enfermos a quienes se les suministraba la Quina como
medicina. Tales opiniones creaban
interrogantes que no hacían justicia a un elemento de la naturaleza al que le
cabria, de hecho, el título de “Divino don de la providencia dado a los
mortales”. Mutis es explícito en decir que de haber enviado la planta a Europa
apenas fue descubierta en América, todos los conocimientos de los botánicos
habrían llegado y se hubiera no solo valorado su existencia sino que se habría
potenciado. Como los conocimientos sobre los beneficios llegaron de manera
tardía, los comerciantes y cosecheros ignorantes no habrían contribuido a la
ruina de los árboles y por consiguiente el decaimiento de una especie que ya de
por sí era sumamente rara.
Sin embargo, cabe decir que no solo fue la ignorancia de los
cosecheros en América lo que contribuyó a su rareza y su exhaustiva posterior
explotación, pues también “el vil interés de los droguistas en Europa” lo
empezó a utilizar. Luego, por una favorable industria de los cosecheros, se
fueron descubriendo sucesivas especies derivadas de la Quina primitiva, pues
esta ya era para entonces verdaderamente escaza. Gracias a estas otras especies
encontradas podemos decir entonces que la Quina en la época de la colonia no
fue extinta.
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